TÍTULO ORIGINAL. Le père de mes enfants (The Father of My Children)
AÑO. 2009
DURACIÓN. 110 min.
PAÍS. Francia
DIRECTOR. Mia Hansen-Løve
GUIÓN. Mia Hansen-Løve
FOTOGRAFÍA. Pascal Auffray
REPARTO. Chiara Caselli, Louis-Do de Lencquesaing, Alice de Lencquesaing, Michaël Abiteboul, Manelle Driss, Sandrine Dumas, Eric Elmosnino, Dominique Frot, Alice Gautier
Grégoire Canvel tiene todo cuanto un hombre pueda desear: una esposa a la que ama, tres hijas encantadoras y un trabajo interesante como productor de cine. Se siente satisfecho con su trabajo, al que dedica la mayor parte del tiempo y de sus esfuerzos. Lo cierto es que es un tipo hiperactivo que nunca descansa, excepto los fines de semana, que pasa en el campo. Estos interludios con su familia son tan valiosos como frágiles. Grégoire, que parece un ser invulnerable, suscita la admiración de la gente con su presencia física y su excepcional carisma. Pero su prestigiosa productora, Moon Films, está al borde la quiebra. Demasiadas producciones, demasiados riesgos, demasiadas deudas. Se avecina una tormenta en el horizonte, pero Grégoire no se rinde.
2 comentarios:
No dudo que la película tenga muchos méritos y haya recibido buenas críticas, pero a mi no me llegó y eso que la trama en principio da para mucho. Se me hizo larga, encontré muchas escenas para rellenar. Por ejemplo no se que pinta el pseudo-novio-amigo de la hija mayor con sus encuentros vacios. En definitiva no trasmite.
Sin el menor ánimo de entrar en debate contigo, y coincidiendo en que algunos personajes sencillamente pasan por allí, mi admirada Colombina, me gustaría llamar tu atención sobre otro punto de vista con el que puede verse esta película. Estamos todos de acuerdo con que las convenciones sobre originalidad y autoría están ya sobradamente desacreditadas en todas las ramas del arte. Probablemente no hay una historia "original" que narrar por vez primera desde los tiempos del Gilgamesh o de los cantos épicos de Homero. La razón por la que se sigue narrando lo ya narrado no es otra que la de comprobar que las pequeñas aportaciones de tantas voces conducen a nuevas voces a contar el cuento con una elegancia y una armonía que captan nuestra embotada sensibilidad.
La historia, real, que nos cuenta Mia, adquiere en sus manos una especial frescura y un encanto que incluso un ejemplar de macho cuellicorto y mesetario como bien sabes que soy, se ha rendido incondicionalmente a esta sabia directora. Ya sólo la panificación del suicidio es una pequeña joya cinematográfica. Creo, con toda la modestia, querida Colombina, que deberías reconsiderar tu opinión y sentirte orgullosa de esa joven mujer, con talento para hacer mucho y excelente cine. Perdona el sermoncillo.
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