29 de enero de 2020

¿Para qué sirven los premios Goya?

Tengo que reconocer que hasta ahora nunca me habían preocupado ni interesado los premios Goya y mucho menos la gala que se celebra todos los años para la entrega de dichos galardones.
El pasado lunes varios socios nos comentaron su satisfacción por los premios otorgados a la película O que arde, proyectada una semana antes. Esa estupenda película venía de ganar un premio importante en el Festival de Cannes sin que nadie lo haya dado importancia. Tampoco recuerdo que nadie nos haya felicitado por programar películas que han ganado los principales premios en otros festivales internacionales. 

Desconozco el nivel de interés que despierta la gala de entrega de los premios y si se da más importancia a un evento soporífero y zafio, mitad pase de modelos, mitad mitin político (según se deduce del bombardeo informativo), que a las películas nominadas. 

Dada la repercusión mediática de estos premios, donde hasta ahora no he tenido constancia de que haya servido para establecer un debate sobre los valores artísticos de las películas o una reflexión de hacia dónde deriva el cine español, entiendo que tiene que haber otros intereses particulares que salen fortalecidos de tan polémica gala. Sin entrar en los dudosos criterios de selección de los títulos nominados y en el valor de los premios resulta curioso el interés que año tras año despierta este tipo de eventos. La aparición al día siguiente de la gala de la alfombra roja en un contenedor, recuperada luego por el director de un colegio malagueño, nos puede dar indicios de la utilidad de este tipo de actos. 

JUAN

                                                 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Para que tu puedas escribir este párrafo.

farrell dijo...

Yo estuve en la gala Goya, si señor, junto gentes tan importantes como un tal Sanchez Pinocho, y un tal Garzón, ministro de no se que cosa. que ahora resulta ser de la misma casta que la mía, o sea, un pringado con suerte. Estuve sentado al lado de una señora que llevaba la raja de la falda tan pronunciada que tenía acento y confieso que no podía dejar de mirar ese muslo derecho y parte de la ingle lo que me hizo perder parte de la ceremonia. A mi izquierda estaba un enano que trabajó en una película de no se que director y que no aspiraba a ningún premio , pero que iba acompañado por una rubia con pinta de zorra y que masticaba chicle de una forma muy sensual, el puto enano le metía mano mientras yo aguantaba al Buenafuente. La gala de los Goya desde fuera puede parecer un coñazo, pero desde el patio de butacas es un descojono. Delante de mi se sentaron los directores y guionistas de la trinchera infinita y se pasaron toda la noche despotricando en euskera contra la organización, yo se algo de ese idioma tan brusco y logré entender que le llamaban imbécil al director de la academia cuando dio ese discurso tan imbécil. En el descanso salí a fumar y me pude colar en el cuarto VIP, donde un señor con mucho pelo blanco y con acento de Ciudad Real se metía un canapé de gambas . Yo también me metí dos de esos, las gambas muy buenas. Allí nadie fumaba asi que salí a un pasillo donde había una corriente espantosa y esa corriente me trajo al pobre Jorge Sanz descamisado y algo puesto que me contó el porqué lo habían pateado de la gala, creo que me dijo que fue porque el año pasado había querido tirar por las escaleras a Echenique y este año se metió con el stablisment progre de la cosa y eso en este país se paga, que se joda y que trague como todos. Fumamos un porro medias y después le pusieron un cabezon en la mano y salió a entregárselo a no se quien pero sin pasar al escenario, yo lo vi en directo dese ese pasillo, estaba muy cabreado y soltó un me cago en dios. Volví a mi asiento justo cuando el obituario y me dio la risa floja, no entiendo por qué, si a mi esto siempre me ha enternecido los ojos, me dio pena por el pobre Arturo Fernandez. La mujer del vestido abierto cambió de postura y pude comprobar que estaba bien depilada. El enano se había ido a mear y la rubia había quedado libre, aproveche la oportunidad y le pedí un chicle y su teléfono, le dije que era el representante de Resines y me creyó la muy boba, le dije que a la salida daba en mi casa una fiesta privada solo en plan íntimo, y todavía la estoy esperando, el cabrón del enano casi me da de hostias resultó ser un especialista de esos que tienen siete vidas y saben artes marciales. A todo esto la gala seguía, los vascos subieron a recibir un goya y yo deje mi chicle en el asiento de Garaño quese lo llevo pegado cuando se marchó, que se joda, por vasco, que hable como todo el mundo en Málaga. Me alegró el premio a O que arde, los demás premios no me gustaron mucho, bueno el del cortometraje Suc de Sindria, me moló. Después de ver el culo a Buenamente y señora fui al baño a arrancarme los ojos, pero estaba ocupado y aun los conservo.
Terminó como terminan estas cosas, los pasillos atestados, los periodistas dando el coñazo, los presidentes de gobierno diciendo mentiras, los peinados a medio morir, todo el mundo con prisas para coger buen sitio en el bufet, todos contentos y mintiendo como bellacos. Yo a casa con una chavala que había contratado para que me enseñara Málaga.
pues eso, salud