15 de diciembre de 2014

La chica del 14 de Julio



Título original: La fille du 14 juillet


Año: 2013


Duración: 88 min.


País: Francia


Director: Antonin Peretjatko


Guión: Antonin Peretjatko


Música: Thomas De Pourquery, Julien Roig


Fotografía: Simon Roca


Reparto: Vimala Pons, Vincent Macaigne, Marie-Lorna Vaconsin, Grégoire Tachnakian, Thomas Schmitt, Philippe Gouin, Pierre Merejkowsky, Claude Sanchez, Thomas Ruat, Thomas Vernant, Albert Delpy, Bruno Podalydès


Hector se cruza con Truquette en el Louvre el 14 de julio y, desde entonces, no piensa más que en ligarla. Lo mejor sería llevarla a ver el mar. Pator piensa lo mismo, sobre todo si les acompaña su amiga Charlotte... Cortejados por el inevitable Bertier, allá van por las pequeñas carreteras de Francia, país donde nadie tiene ya ni un céntimo. Estamos en plena crisis. Hay que lograr que los franceses vuelvan a trabajar. Para ello, el gobierno decide adelantar un mes la vuelta de las vacaciones. (FILMAFFINITY)


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Nunca el cine francés había caído tan bajo. Una cinematografía como la gala tiene recorrido en toda su historia. No se entiende que que haya productores que apuesten por este tipo de bodrio, aun que lo grave es que tenga espectadores. Un pinchazo en el cine club no hay que considerarle y sobre todo viniendo de tres proyecciones inteligentes y creativas como las que hemos visto recientemente.

Elgen dijo...

De entrada no parece una película para comentar en un Cine-Club sino para disfrutar en el cine. Pero necesita un cierto contexto, una cierta alegría inmotivada e irreverente que sintonice con el delirio que se desarrolla en la pantalla, sol y playa. Y, sobre todo, tener veinte años. Aunque sean treinta. ¡Ay!

Colombina dijo...

Por fin un poco de frescura en la Sala.
Fuera polillas! Qué alivio!
Película hilarante, con mucho ritmo. Qué locura!
Este tipo de humor me gusta mucho. Y no solo divierte, sino que el mensaje es genial.

Anónimo dijo...

Yo creo que estamos ante una película nada despreciable, a pesar de sus irregularidades y sus constantes cambios de registro. Una película anticrisis que defiende la buena costumbre de vivir lo mejor posible y no tiene ningún prejuicio a la hora de arremeter contra la patética política francesa (europea en general), siguiendo las reglas de libertad impuestas por sus maestros de la Nouvelle Vague a los que hace constantes referencias.