14 de enero de 2013

El desprecio

TÍTULO ORIGINAL. Le mépris
AÑO. 1963
DURACIÓN. 102 min.
PAÍS. Francia
DIRECTOR. Jean-Luc Godard
GUIÓN. Jean-Luc Godard (Novela: Alberto Moravia)
MÚSICA. Georges Delerue
FOTOGRAFÍA. Raoul Coutard
REPARTO. Brigitte Bardot, Jack Palance, Michel Piccoli, Georgia Moll, Fritz Lang

Paul Javal (Michel Piccoli), un autor dramático francés, acepta reescribir algunas escenas para "La Odisea", una película que se va a rodar en Capri bajo la dirección del renombrado director alemán Fritz Lang (Fritz Lang). En un primer encuentro con el productor, el arrogante norteamericano Prokosch (Jack Palance), el escritor deja que su mujer, la bella Camille (Brigitte Bardot), se vaya en el coche con el productor a la finca de éste, lo cual da lugar a un grave mal entendido entre el escritor y su esposa, que cree que la ha ofrecido como moneda de cambio para obtener un mejor pago. Como consecuencia de esta situación, el escritor se verá inmerso en una dolorosa crisis matrimonial.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

pretenciosa, aburrida, pedante, vacía y apolillada.

Y por si hubiera dudas:
pretentieuse, ennuyeuse, pèdante, vide et vieillie.

farrell dijo...

No quiero más que estar sobre tu cuerpo
como lagarto al sol los días de tristeza
Se disuelve en el aire el llanto roto
el pie de las estatuas
recupera la hiedra
y tu mano me busca
por la piel de tu vientre
donde duermo extendido.

José Angel Valente, el mejor poeta español, también conoció a B.B.
Salud


Anónimo dijo...

Como no tengo palabras ante la deslumbrante película de ayer, me gustaría citar a Jean Douchet:
Le Mépris es una película perfecta, totalmente clásica, absolutamente moderna. Su historia tiene la simplicidad de una tragedia... Puesto que el cine es el testigo de nuestra vida, la cámara ha sustituido a los dioses antiguos, como se ve desde el plano del genérico... La película propone una reflexión sobre lo que le ha acontecido a Ulises, al hombre occidental, no ya tras su periplo de diez años, sino al cabo de los tres mil años de su aventura ¿En que dudosa certidumbre a zozobrado? Es, pues, de una historia de tiempo, de una historia del tiempo, de lo que se trata. Fritz Lang sustituye al Homero ciego y Godard es su escriba...Camille es Penélope; a la palabra analítica que desmenuza, atomiza, el sentido del mundo, ella opone la obstinada opacidad, el soberano silencio de su ser. Ella no tiene sentido. Ella es el sentido. Su cuerpo no pertenece a los otros (no les ofrece más que su imagen) sino al universo. La Mepris es una película perfecta: clásica, moderna, romántica.

Elgen dijo...

Por su puesto la película tiene valores que no voy a negar, pero como tal película resulta hoy día, cargante, como el sombrero de Piccoli, pedante,como las citas de Racine, irritante como las conversaciones Bardot-Piccoli, falsa y mentirosa como los posados de Bardot...
¿Qué hace ahí Fritz Lang aparte del didículo?

farrell dijo...

Esta película es tan intemporal como el doloroso desnudo de Camille. Moderna en su forma, cualquier director actual mataría por lograr su estética y actual en su planteamiento de la relación hombre mujer, actual porque Ulises , o Paul, el productor yanqui, o incluso yo, buscamos lo mismo, la belleza, sentimos lo mismo, el deseo, sufrimos igualmente el desprecio en nuestro periplo vital cuando una mujer nos abandona por errar, cuando nuestro seña de identidad es precisamente esa, errar una y otra vez por lo mismo, por la belleza, por el deseo.Ella, Penélope o Camille,o Susana, está ahí, entera y duele, de verdad.

Orgasmo de Rotterdam dijo...

Para muchos, Susan Sontag incluida, el descubrimiento de Godard dividió en dos la manera de entender el cine.
Cada uno que escoja o deseche lo que quiera. Una frase entre un millón. Jack Palance (que vino a Palencia para comprar en San Antolín uno de los libros más pequeños del mundo):
Cuando escucho la palabra cultura, saco el talonario

Anónimo dijo...

Ayyyyyyyyyyyy Farrel lo que decías hace algo más de dos años sobre Godard con motivo de Film Socialisme y como pasa el tiempo con esta manifestación prostática-sicalíptica.Qué simples sois los tíos que solo os fijais en nuestro culo.

Farrel dijo...
Party Smith coincidió conmigo en un crucero por las islas griegas en los años setenta, ella se gano el pasaje actuando en el barco, tocaba la guitarra y cantaba con esa voz rasgada. Era adicta a la heroína. Yo también. Ambos militábamos en partido comunista. Conocimos a godard en aquel crucero. Intentamos atracar en telaviv pero no nos dejaron, estaban en guerra. Un antiguo nazi alemán se tiro por la borda al ver a tantos judíos. Una niña de la guerra que había vivido en Moscú nos regalo unas matriuskas. En Barcelona un torero nos dedico un toro. Lo corneo hssta morir mientrs Paco Ibáñez cantaba a Lorca. Cuando desperté estaba en cofre tirando a paty y a la rusa.su marido asentía.todavía quedaba mucha heroína en aquel barco. El whisky se lo había bebido godard.

31 de mayo de 2011 23:50
farrel dijo...
pienso que la segunda parte, ya en tierra, quo vadis europa, no es mas que el desarrollo lógico del visionado del anuncio de tv de Ikea, la república independiente de mi casa. creo que godard lo ha sacado de ahí. la familia martin con un lema propio:liberar y federar.pensad en ello.

1 de junio de 2011 18:03

Anónimo dijo...

Vamos por partes: La cita de Jean Douchet, muy oportuna, hay que darla la importancia relativa que tiene. Cuando la hizo, creo que a principios de los 90, hacía casi 30 años del estreno de la película, que como bien se sabe fue muy criticada por su supuesto clasicismo que luego se demostró que no era tal.
Lo más sorprendente de algunos de los comentarios anteriores son los adjetivos pretenciosa, aburrida, pedante, etc. pero sobre todo “vacía” y “apolillada”. Me gustaría que se justificasen ese tipo de consideraciones. Lo mismo digo de los que pueden decir “preciosa”, “maravillosa”, etc.
Es muy osado calificar de esta manera a una de las obras capitales de JLG y de la historia del cine en general, una obra que está en todas las enciclopedias y manuales de cine. Me parece extraño que nadie haya señalado la mítica secuencia de más de veinte minutos dentro del apartamento de la pareja protagonista, una de las secuencias mejor filmadas de la historia del cine. Elgen, no son los diálogos falsos y mentirosos de los protagonistas lo importante, sino como lo filma Godard, donde coloca la cámara, como distribuye los espacios, como corta a los protagonistas, separándolos poco a poco, como utiliza el color, etc. Las conversaciones y las interpretaciones te pueden parecer falsos porque en esa secuencia es justamente donde está la novela de Moravia y Godard está cuestionando (cuestiona muchas cosas más en el resto de la película) la diferencia entre la literatura y el cine. Donde tú estás viendo literatura pretenciosa y falsa (si en lo que te fijas es en el sombrero de Piccoli, maravilloso por otra parte), yo estoy viendo cine.
Para terminar y para parecer tan pretencioso y pedante como Godard, le citaré: “Le Mépris es la historia de unos hombres que se han separado de sí mismos, del mundo, de la realidad. Tratan torpemente de reencontrar la luz, cuando están encerrados en una habitación oscura”.
JUAN

farrell dijo...

Me citan, soy un clásico, por cierto, la historia de Patty y Godard es rigurosamente cierta, al menos eso recuerdo yo de aquella época. Yo no adoro a Godard y no soy un mitómano de ningún director, no me gustan los autores, me gustan las obras, solo soy romántico apaleado que aún conservo algo de eso que hace mover al mundo, el deseo. Y la poesía. Trato, como los protagonistas de la película, de encontrar la luz. Soy así de simple.

bande à part dijo...

Unas observaciones godardianas:
-En 1963, Jean Paul estaba cegado por la lividez exquisita de Anna K. Sin embargo, tuvo la intuición certera de que para esta Penélope tajante del desprecio necesitaba a una actriz tan bella como inexpresiva, BB.
-Godard nunca ha sido un narrador. A ser posible, se apoya en las criaturas de otros autores. Alberto Moravia era el maestro elegante de los juegos de amor y desamor de una burguesía italiana con herencia mental florentina. Pertenece a Moravia la atmósfera de desencuentros y ruptura, el test distraido con que el personaje de Michel va contestando al te gustan mis rodillas, mis muslos, mis nalgas, de la coqueta BB, que se corresponde con la determinación de acercar a su muñeca con el bruto Jack. De ahí le mèpris.
-lo más envejecido de este palimpsesto es, quizá el uso de los escenarios, en las villas, una de ella con la forma de una escala del zigurat babilónico, y el domicilio de la pareja. Godard busca un movimiento permanente de sus personajes, pero lo angosto de los sitios y el envaramiento de los actores produce una sensación postiza, teatrera, con Piccoli llamando a BB cual si ésta no estuviese encerrada dentro del mismo espacio por el que merodea la cámara.
-Un placer melancólico y fetichista ver juntos en un escenario decadente como era ya Cinecittá los desnudos de BB y al viejo patriarca Fritz Lang.
-Por último, los sombreros están presentes en los primeros títulos de Godard, desde A bout de souffle hasta Alphaville. Simbolizan algo, tal vez la sombra del cine norteamericano de los cuarenta que tanto amaba Godard el chico de Cahiers.
-Lo que sí ha sido y sigue siendo Godard es un acumulador de imágenes, con las que experimenta y elabora distintos puzzles. Un filósofo de la cultura icónica.

Tobera el Venerable dijo...

¡Ayyy! Anónima, coqueta. No has perdido la ocasión de sumar tu culo a los del escaparate que encandila a los penes solitarios.
¡Vaya, vaya! Es muy humano, pero me lo haría mirar.

farrel dijo...

Bajo mi sombrero, frente a la Costa Amalfitana,
en un rincón habitado por la luz,
ascendí hasta la azotea ,
mi sombra y yo cortábamos en diagonal la geometría perfecta de la escalera.
En la planicie roja encontré un pequeño libro sobre tu cuerpo
aparté el libro y te mostraste ,
el libro contaba historias que no me interesaban,
yo solo leí tu desnudez y me dolió.
Mi sombrero dibujaba una sombra sobre tu piel
con forma de boca burlona , que parecía querer comer todo de tí.
no entendía nada, estaba cegado por la luz,
nunca había entendido nada de tí.
solo hablaba y hablaba
me di la vuelta y te dejé con tu desnuda indiferencia
Entonces supe que te había perdido.

Elgen dijo...

Juan, estoy de acuerdo con tus matizaciones sobre la importancia principal de cómo filma Godard; pero creo que estos recursos cinematográficos deben potenciar la historia o lo que quiera transmitir la película. Si la película es muda, es suficiente; pero si es hablada, no se pueden contradecir, por ejemplo, con los diálogos. Y, a mi entender eso es lo que pasa en esta película. Y eso es lo que me irrita.

Anónimo dijo...

Ese debate, Elgen, es tan viejo como el cine; esa es otra de las cuestiones que se discuten en la película: cine clásico versus cine moderno. Godard, desde luego, es el mejor ejemplo de la modernidad en el cine. Como dice Orgasmo de R. que cada cual elija lo que quiera.
JUAN