13 de febrero de 2012

13 asesinos

TÍTULO ORIGINAL.Jûsan-nin no shikaku (13-nin no shikaku) (13 assassins)
AÑO. 2010
DURACIÓN. 126 min.
PAÍS. Japón
DIRECTOR. Takashi Miike
GUIÓN. Takashi Miike, Daisuke Tengan (Historia: Kaneo Ikegami)
MÚSICA. Kôji Endô
FOTOGRAFÍA. Nobuyasu Kita
REPARTO. Kôji Yakusho, Takayuki Yamada, Yûsuke Iseya, Gorô Inagaki, Masachika Ichimura, Mikijiro Hira, Hiroki Matsukata, Ikki Sawamura, Arata Furuta, Tsuyoshi Ihara, Masataka Kubota, Sôsuke Takaoka, Seiji Rokkaku, Yûma Ishigaki, Kôen Kondô, Ikki Namioka, Shinnosuke Abe, Kazue Fukiishi, Megumi Kagurazaka, Nizaemon Kataoka, Kazuki Namioka

El ascenso al poder del joven y sanguinario Lord Naritsugu supone una seria amenaza para la paz en el Japón feudal. Simplemente por ser el hermano del shogun, Lord Naritsugu está por encima de la ley, y asesina y viola a su antojo. Afligido por las masacres perpetradas por el sádico Naritsugu, el oficial Sir Doi se pone en contacto con el samurái Shinzaemon Shimada para que le ayude a acabar con Naritsugu. El noble samurái, indignado por la crueldad de Naritsugu, acepta de buen grado la peligrosa misión. Para ello, reúne a un selecto grupo de samuráis, entre los que se encuentra su sobrino Shinrokuro y el devoto aprendiz Hirayama, y juntos, traman una emboscada para atrapar a Lord Naritsugu no exenta de peligro. Naritsugu va escoltado por una comitiva encabezada por el letal e implacable Hanbei, uno de sus antiguos rivales. Los “13 asesinos” de Takashi Miike es un remake del film homónimo dirigido por Eichi Kudo en 1963.

8 comentarios:

alfredo landa dijo...

¡Por el Fuji Yama, voto a bríos! Durante un rato, viendo el tejemaneje contra el hermano bastardo del Shogun, tan tarantinianamente sádico el muchacho, pensé que estaba ante un remake de "Los siete samuráis" de Akira Kurosawa, otro icono del cine gafapasta.Pero, aunque el viejo cadáver de Kurosawa ezssté en la cima del género "Chambara", o cine de samurais, por fortuna para los que amamos el cine de espadachines y volatines varios, el prolífico Takashi Miike recupera el buen sentido y se embarca en un manga-chambara de toma pan y moja. No sé los demás espectadores, pero yo conté unos 333 cadáveres de un ejército formado por 200 lelos con pamela.
¡Esto es cine y no los bodrios de Bela Tarr!

Anónimo dijo...

Miike demuestra aquí saber filmar. En su película más clásica y mejor realizada se podría hacer una tesis sobre el tratamiento de los espacios en 13 asesinos.
Por cierto, amigo Alfredo, no hagas planes para el día 28 de Mayo: THE TURIN HORSE de Béla Tarr.
JUAN

Orgasmo de Rotterdam dijo...

Hemos tenido la ocasión de ver una puesta en escena cinematográfica para los anales y facultades de cine, en la parte de la batalla de esta película de samuráis, cine chambada como bien dice Alfredo Landa o, concretando, jidaigeki (cine de samuráis y de época). Según los archivos, la película de 1963, de Eiichi Kuudo fue el primer jidaigeki cruel de la factoría Toei japonesa. Con aquella película se iniciaría un nuevo camino con películas más duras y sangrientas que las acostumbradas (incluso hubo películas jidaigeki musicales). Lo que da mas sentido a esta película jidaigeki de Miiki y su conexión con el clásico.
No debemos olvidar que la película estrenada en salas de Miiki está recortada y tal vez se expliquen más cosas en esos minutos de metraje.
Destacaría la escena en la que el samurái que sirve a su señor malvado le escucha decir lo mucho que ha disfrutado con la violencia de esa batalla y la idea de hacer en un futuro la guerra. En ese momento, la cámara nos muestra el rostro del samurái y, sin palabras, deducimos que él se ha dado cuenta que está en el lado equivocado. A pesar de ello, debe cumplir con su labor. Esta escena, brillante, la hemos podido ver en más películas (recuerdo algunos westerns aunque no los títulos), sin palabras, está todo dicho.

Anónimo dijo...

LO MEJOR DEL RECOCHINEO DE ESE RECIEN APARECIDO ALFREDO LANDA ES QUE TODOS SUS CORRESPONSALES SE TOMAN EN SERIO SUS IRONIAS, CON LO CUAL QUEDA CLARO EL MALESTAR QUE EN NUESTRO PAÍS CARPETOVETÓNICO CAUSA QUE A UN BUEN BURGUESILLO LE SEÑALEN CON EL DEDO Y LE LLAMEN FREAK O GAFA-PASTA, PORQUE POR ESTOS LARES LA INTELIGENCIA ESTÁ DE MÁS, ES OCASIÓN DE SER APEDREADO. ¿ACASO SOY EL ÚNICO QUE HA ENTENDIDO LA MOFA DE ESOS 333 MUERTOS EN UN EJÉRCITO DE 200 HOMBRES "CON RIDÍCULAS PAMELAS"?
EN FIN, QUE HAYA LANDISMO DE ESTA CLASE PARA RATO, PLEASE.

Anónimo dijo...

Esta película me trajo muchos recuerdos

http://www.youtube.com/watch?v=BX7y7Ne-t_0

Anónimo dijo...

El cine nos tiene acostumbrados a los psicópatas sociales, esos que además de no empatizar ni sentir remordimientos se sienten superiores y cosifican al resto de las personas, lo que les lleva a satisfacer su permanente necesidad de estímulos con comportamientos perversos sin ningún tipo de escrúpulo. No son enfermos y por lo tanto lo suyo no se puede curar –las últimas investigaciones indican que no tiene actividad la zona de su cerebro que capacita para el razonamiento moral- aunque a efectos legales se les considera responsables porque son capaces de elegir si cometen o no el delito.
Los Anibal Lecter anglosajones pueblan nuestras pantallas comerciales. Sentimos por ellos la fascinación del ratón ante la cobra, aunque lo que realmente nos satisface es no tener cerca a ninguno. Por eso el Abel de Las horas del día hace que miremos al dueño de la librería –pongamos por caso- con prevención y distancia.
El planteamiento que Takasi Miike hace de Lord Naritsugu y de las reacciones del resto de su sociedad es de libro de psiquiatría y de escuela de cinematografía. Por eso puede ser puesto como ejemplo acreditado tanto en la facultad de medicina como en una lección magistral de buen Western.
Un acierto su programación

su majestad el rey dijo...

alfredo landa: ¿por que no te callas?

Elgen dijo...

Me llama la atención la cantidad de reflexiones psicológico cinematográficas que ha sido capaz de producir la película de Takashi Miike.Si la hubiera firmado Steven Seagal (por decir alguien)¿hubiera ocurrido lo mismo? Ya sé que la diferencia entre lo ridículo y lo sublime es mínima, pero creo que a la hora de cruzar la línea nos pertrechamos en exceso de prejuicios.