7 de noviembre de 2011

A nuestros amores


TÍTULO ORIGINAL. À nos amours
AÑO. 1983
DURACIÓN. 102 min.
PAÍS. Francia
DIRECTOR. Maurice Pialat
GUIÓN. Maurice Pialat & Arlette Langmann
FOTOGRAFÍA. Jacques Loiseleux
REPARTO. Sandrine Bonnaire, Dominique Besnehard, Maurice Pialat, Evelyne Ker, Anne-Sophie Maillé, Christophe Odent, Cyr Boitard

Suzanne (Bonnaire) es una joven de quince años que, a pesar de su edad, tiene una vida sexual muy activa, pero sus relaciones con los chicos no van más allá del sexo. Su ambiente familiar no es armónico: tiene una madre neurótica, un padre al que no le gusta su manera de ser y un hermano que la golpea.

6 comentarios:

LOHENGRIN dijo...

Lo más poético visto en los últimos años: Pialat y los oyuelos de Sandrine Bonnaire. Impresionante. Otro momento esencial: S. Bonnaire en la parada del autobús mientras suena la música de Purcel.

Orgasmo de Rotterdam dijo...

Es cierto aunque a mí, en su total, no acabase de meterme dentro. Lohengrin, citas a Purcel, pero el mérito es del marcianísimo Klaus Nomi, algo fuera de lo normal.

Elgen dijo...

Unos personajes flotantes, desconcertados, incapaces (es decir, realistas)que reaccionan como pueden en el día a día: el padre, el menos realista, largándose; la madre con ataques de histerismo; el hermano con más histeria y soltando la mano; y la protagonista, de cama en cama, ya que "durante" es el único momento en que no se siente tan mal. Y luego el contrapunto cultural de las películas francesas: el teatro, las teorías pictóricas y la música de Purcel/Nomi. ¡Vaya!, pues no me disgustó.

Anónimo dijo...

Pero como se pueden comentar las escenas de esta película y los hoyuelos de Sandrine si no se veia nada. Proyectar con esta calidad deberia estar penado por la ley de propiedad intelectual, o algo así. Creo que el autor se levantaria de su tumba y se hartaría de pegarnos y darnos patadas como hace el hermano. Es estropear una obra, es como obligar a Nomi a interpretar en la M30, entre el ruido del tráfico y despues elogiar su gran talento.

Anónimo dijo...

Respecto al último comentario, no le falta razón en sus quejas, aunque esta proyección no ha sido ni de lejos la peor que hemos tenido. Las proyecciones en 35 mm no son mucho mejores; hay una increíble falta de luz en el centro de la pantalla, se lo hemos comentado a los encargados del Avenida para que se cambie esa lámpara, pero aún no nos han hecho caso. En cuanto a las proyecciones en DVD, justificadas al no haber copias en celuloide, tenemos que decir que utilizamos copias de primera calidad (Intermedio y Avalon son los que mejor editan) y buen precio nos cuesta. La copia de A nuestros amores era de excelente calidad, pero la proyección, sobre todo a las 17,30 fue muy defectuosa.
Un saludo.
JUAN

Anónimo dijo...

Pialat fue desdeñado por la crítica en su tiempo. Algunos deslenguados le etiquetan dentro de la nouvelle vague, pero en realidad forma parte de un cine dulzón e histérico característico de los años 80, con Lelouch, Berry y el más desatado de ellos, Zulavski. Pialat es un hombre de teatro y como tal busca "el instante verdadero", "el momento en el que el actor desborda su interpretación". De ahí la puesta en escena de esas agresiones físicas que la pobre debutante Sandrine sufre con estoicismo y desconcierto. À nos amours es antes que nada el descubrimiento de una belleza inteligente, la adolescente Bonnaire. Lo demás, delirio kitsch y melodrama para gourmets.