19 de diciembre de 2016

El verano de Sangaile

Título original: Sangailėaka
Año: 2015
Duración: 88 min.
País: Lituania
Director: Alanté Kavaité
Guión: Alanté Kavaïté
Música: Jean-Benoît Dunckel
Fotografía: Dominique Colin
Reparto: Julija Steponaityte, Aiste Dirziute, Nele Savicenko, Laurynas Jurgelis, Salkauskaite Inga, Martynas Budraitis, Gaile Butvilayte, Jurate Sodyte.
Sinopsis:
Sangaile es una chica de diecisiete años a la que fascinan las acrobacias aéreas. Un verano, en uno de esos espectáculos, conoce a Auste, una chica de su edad a la que confía su secreto más íntimo. (FILMAFFINITY)
 

1 comentario:

Anónimo dijo...

De un tiempo a esta parte se está notando una cierta apatía y monotonía en el cine de autor. Los directores están constreñidos por sus propias obras que parecen tener que seguir unas normas establecidas para que les sean abiertas las puertas de los grandes festivales. En “Francofonía”, el mismo Sokurov reflexiona sobre esto; en un momento de la película se da cuenta (lo dice, además) que está haciendo más de lo mismo y que tiene que dejar volar un poco la imaginación. Alanté Kaivité, en “Sangailé” nos ofrece una obra sin ningún tipo de pretensión y, es ahí donde están sus mayores virtudes. El personaje de Sangailé sería algo así como el último cine de autor, un personaje encerrado en sí mismo, con todo tipo de traumas y tormentas interiores (da lo mismo si es por sus problemas familiares, por su fracaso personal o por su entrada en la edad adulta), mientras que su amiga Austé es todo lo contrario. Austé se toma las cosas con alegría, enfrenta los problemas de frente y tiene algo de lo que la gran mayoría de cineastas adolece: una gran imaginación, ganas y unas grandes dotes creativas. Lo mejor de “Sangailé”, además de su minimalismo y falta de pretensiones, es la fresca mirada de Austé; ella lo contagia todo, ella nos regala los momentos más bellos de la película, sin que la directora tenga que forzar ninguna secuencia. Cuando ella falta, la película lo nota demasiado.
Recuerdo una gran película que vimos hace unos años, “Naturaleza Muerta”, una obra muy crítica con el actual sistema chino. En un momento de la película (que bien podríamos tachar de realista), ante los atónitos ojos de la protagonista y de los espectadores, un bloque completo de pisos echa a volar como si de un cohete espacial de tratara. Esa secuencia, totalmente incoherente dentro de la película, la dota de una fuerza especial, la imaginación se coloca por encima de las férreas normas del cine de autor.
Que paséis unos Felices Días. Nos vemos en Enero.
Juan