16 de marzo de 2015

Jauja




Título original: Jauja


Año: 2014


Duración: 101 min.


País : Argentina


Director: Lisandro Alonso


Guión: Lisandro Alonso, Fabián Casas


Música: Viggo Mortensen, Buckethead


Fotografía: Timo Salminen


Reparto: Viggo Mortensen, Ghita Nørby, Viilbjork Mallin Agger, Adrián Fondari, Misael Saavedra


En la antigüedad, se creía que Jauja era una tierra mitológica de abundancia y felicidad. Se emprendieron muchas expediciones para tratar de encontrar el lugar y comprobarlo. Con el tiempo, la leyenda creció desproporcionadamente. Indiscutiblemente, la gente exageraba, como de costumbre. Lo único que se sabe con seguridad es que todos aquellos que intentaron encontrar este paraíso terrenal se perdieron. (FILMAFFINITY)



3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Obra de arte?.......¿Nadería pretenciosa?....Espléndida fotografía, paisajes impresionantes, enorme actuación de Vigo Mortesen, escena final que parece resumir lo que se quería contar: la niña, el perro, la anciana escondida entre la roca, pero......mi sensación final casi se acerca a una tomadura de pelo pretenciosa.

Anónimo dijo...

Adjuntamos un artículo sobre la película que nos ha enviado gentilmente uno de nuestros socios:

Camino hacia el egoísmo
Jauja (Lisandro Alonso, 2014)

¿Es Jauja una película tan compleja como aparenta? Cómo toda interesante propuesta, puede tener diferentes lecturas. Esta puede ser una de ellas.
La primera dificultad radica en que toda la película es un “western soñado” sin que el espectador lo sepa, a excepción de los últimos 15 minutos que corresponden con la realidad.
¿De qué nos habla Lisandro Alonso con esta historia tan metafísica y surrealista? Si pensamos en los protagonistas de sus anteriores obras, todos tienen un denominador común: son personajes aplastados por su pasado, su presente y su muy poco futuro. Igual que nuestra protagonista, la mujer atrapada en un castillo heráldico (a juzgar por los blasones de sus puertas, sus antepasados caballeros militares como así lo atestiguan los retratos de las paredes), una mujer condicionada por su status social y familiar. Su manera de rebelarse es a través de un sueño con el que da rienda suelta a su subconsciente para escapar de la realidad. Todo esto es, aparentemente, toda la película, pero ¿por qué elige el director un western para representarlo? ¿No será porque el cine le debe mucho al western? Lisandro quiere actualizar el género y reivindicarlo como medio de expresión universal. Como buen realizador no quiere hacer una copia tipo Sin perdón (Clint Eastwood, 1992) porque es imposible e inútil competir con los grandes clásicos. Lisandro hacer una interpretación como puede serlo el Guernica de Picasso de la guerra civil. El director nos recuerda que el western fue el primer género cinematográfico en profundizar en las grandezas y miserias humanas, idea en contraposición con la opinión de una mayoría que, incluso hoy en día, piensa que los western nos son más que historias de peleas, tiros y mujeres de saloon.
El empleo del formato rectangular de los western clásicos abrió un horizonte sin fronteras, dando libertad a sus personajes para poderse mover libremente por una tierra inmensa, entrando y saliendo del plano cinematográfico y real. Lisandro, al emplear el formato casi cuadro, pretende todo lo contrario a esto, o sea, encerrar a sus personajes dentro del plano, dentro de una tierra que no tienen derecho a invadir y en la que están perdidos. Hay aquí una semejanza entre una comunidad colonizada y el individuo alienado por su herencia familiar, representado por el protagonista, personaje sobre el que pivota toda la película. La película denuncia sutilmente el abuso de la fuerza y el egoísmo en aras de un progreso humano, cuando realmente se trata de una comunidad esclavizada por otra.
No estoy totalmente seguro si esta película supone un paso hacia adelante en el cine de Lisandro Alonso; quizás le deba demasiado a títulos como Fort Apache (John Ford, 1948), La Aventura (Michelangelo Antonioni, 1960) e, incluso, Apocalypse Now (Francis Ford Coppola, 1979). Es posible que a la película le sobren símbolos (soldadito, brújula, perro, etc.) que no eran del todo necesarios, pero si recurrentes. De lo que no hay duda es que es una película arriesgada, bien rodada, interpretada y fotografiada, una obra interesante y muy recomendable.

El hombre tranquilo

Anónimo dijo...

Interesante el artículo, pero no estoy en absoluto de acuerdo con la interpretación de la película que se da en él.