16 de abril de 2012

Mercado de futuros

TÍTULO ORIGINAL. Mercado de futuros
AÑO. 2011
DURACIÓN. 113 min.
PAÍS. España
DIRECTOR. Mercedes Álvarez
GUIÓN.
Arturo Redin, Mercedes Álvarez
FOTOGRAFÍA. Alberto Rodríguez
GÉNERO. Documental

Largometraje sobre la vida de las cosas: en unos casos, antes de su existencia (puesta a la venta de viviendas no construidas); en otros, a punto de ser desechadas (el destino que corren los enseres de una casa familiar). Pero también interesan las cosas inmateriales, como los sueños y los símbolos, con los que también se mercadea y que, a veces, no son más que una forma de autoafirmación: todo está en el mercado, todo puede cambiar de dueño.

12 comentarios:

farrel dijo...

sobre la memoria:
sobrevaloramos la memoria, sobrevaloramos las huellas del pasado, amamos los museos, las antigüedades, la cultura que llamamos, todavía , clásica, nos volvemos locos con un muro de piedra derruido y lo llamamos ruina, amamos las ruinas, cuatro piedras enterradas hacen que se pare la construcción de una autopista sin pensar que esa autopista puede ser la salvación de mucha gente, y lo hacemos no por salvar la memoria de los demás si no por puro esteticismo, por pura ecología cultural.
Por eso la pelicula me pareció tramposa y antigua.

farrell dijo...

quise decir ecologismo cultural , pero tambien podría haber dicho etnoecologoculturalismo de fin de semana, otra forma de consumo.
igual fui muy exagerado al definir la pelicula como tramposa pero si que
tiene algun golpe d efecto como cuando el viejo baja la persiana y parece que el pasado queda encerrado para siempre, pero, no nos engañemos, el fin de semana siguiente la volverá a levantar para que los curiosos vuelvan al museo. Solo cuando el viejo muera la puerta no volvera a abrirse, pero sera por su culpa, no por la mía.Salud.

Anónimo dijo...

Me parece que Farrell ha hecho su elección. Se queda con el viejo chamarilero que prefiere no vender ninguno de los viejos trastos que acumula con diversas excusas, para hablar de memoria y museos y trampas, cuando lo que parece evidente es que Mercedes nos lo presenta al final para que haga de contrapunto con el otro universo de vendedores, de pisos, de marketing, de valores de bolsa, a los que estamos tan acostumbrados, el ejército obediente que ha cumplido con las órdenes del sistema financiero internacional para llevar al mundo a un nuevo pozo de miseria. Cuestión de cegueras selectivas las de la diversidad de opiniones.

El zurdo dijo...

Amo tanto a Agnès que me alegró ver en este nuevo título de Mercedes su alargada sombra. Pululaban por ahí los cortos inolvidables desde L'opera mouffe de 1954 hasta esa magnífica "Los espigadores y la espigadora" que vimos hace un tiempo. No es fácil en la España-caguta ser mujer y tener una mirada inteligente sobre la realidad. Salvo que te dediques a la astracanada vocinglera que llamamos comedia en nuestro cine. Pero Mercedes ha elegido la puerta estrecha y no lo tendrá fácil, menos aún con nuevas generaciones anestesiadas en paraisos del Corte Inglés.

Anónimo dijo...

es verdad, zurdo, me pareció argentina, alla las mujeres son más inteligentes, si no díselo a Cristina Videla, digo Kichner.

farrel dijo...

yo no me quedo con el viejo brocanter , de quedarme con algo me quedaría con la casa en el caribe esa que bajo un suelo de cristal se pueden ver a los peces mantas nadar libremente. nunca he visto un pez manta en vivo y piedras, créeme, he visto muchas. Y si algo me ciega es la tontería reinante de las supuestas élites culturales que presumen de lo que no son.

Pérez dijo...

Parece claro que en la película de Mercedes Álvarez se opone un Mercado de futuros, como algo distante, amenazador, interesado solo en el dinero, “deshumanizado” con una perfección fría que sabe a engaño, frente a un Mercado de pasados de la última media hora, lleno de carencias y por eso cercano, amable, desinteresado, afectivo. Sin embargo, según la propia directora, el rodaje real en la Feria Inmobiliaria o en los despachos de agentes de bolsa encontró muchas más facilidades y ayuda que el de los Encants, lleno de recelos y resabios (El viejo chamarilero está fuera de categoría). O sea que, contra el tópico, Nueva York es una ciudad más acogedora que París.

Colombina dijo...

De la película saqué dos conclusiones bien válidas (y lo digo sin ironía alguna). La primera: quiero un apartamento en Pest para conseguir un dinerillo extra. No tenía ni idea que están ahí tan baratos y a mi los manglares al contrario que a farrel no me van. La segunda: buena opción la de donar el cuerpo a la ciencia una vez que palme. Tanto el vendedor inmobiliario como el viejo del mercadillo me convencieron a la primera.
Pero creo que podía haber llegado a ambas conclusiones con un par de buenos anuncios publicitarios.

Orgasmo de Rotterdam dijo...

Hemos tenido la oportunidad de que la misma Mercedes Álvarez desmenuzase someramente los entresijos de su ensayo cinematográfico (enhorabuena a quienes lo hicieron posible). Homenajes a Tati, algo de Godard y planteamientos muy a lo Agnes Varda, a la que ella citó para elogiarla.
La voz en off hablando de Simónides de Ceos, el inventor de la memoria, es una firme propuesta de la dirección que toma su ensayo ¿sobra? Podría haber optado por otras formas para hablar de esa memoria, utilizar a otros personajes pero no lo ha querido así. Esta decisión es muy arriesgada, sigue a sus maestros y creo que no rompe el discurso aunque tampoco lo sublima.
Las muñecas barbies y bratz, económicamente enemigas en su tiempo y tiradas en el puesto del viejo, explican mucho y por ello prolonga la duración del plano ¿demasiado evidente?
También habría que hablar sobre si el viejo simpático que se encontró Mercedes Álvarez no adquiere demasiado protagonismo y de esta manera “engaña” sentimentalmente al espectador y le resta reflexión. El ensayo, entonces, no sería tal.
No debemos olvidar que esas autopistas tan necesarias de las que nos habla Farrel siempre se han construido con la venia de un arqueólogo. Y este arqueólogo, presionado por su empresa, no ha podido hacer nada ante lo que ha encontrado, de escaso o relevante valor. Mi experiencia lo ha constatado en algunos casos. Hay un plazo y una empresa arqueológica encargada de dar el visto bueno. Si esa empresa es demasiado celosa de su trabajo, no conseguirá muchos contratos con lo que dejaba de ser demasiado celosa en su trabajo. El problema es la doble moral, la de un tiempo futuro que también dice saberse con otra moral además de la económica.

farrel dijo...

por supuesto que nueva york es mas acogedora que paris y seguramente que cualquier pueblo de Tierra de Campos, y en esa urbanizacion de walt disney citada en florida donde las hojas caen en el otoño, la gente tendrá unas vivencias que en las siguientes generaciones las llamaran memoria , porque las distintas generaciones van generando su propia memoria y no necesitan de guardianes de esa memoria , solo necesitan el presenta. Despues, el Alzheimer se encargará de ellos.

Anónimo dijo...

Personsalmente creo que Mercedes Alvarez en Mercados y en El cielo gira es muy consecuente con su discurso por lo que no hay duda ninguna de su honestidad como creadora. Otra cosa es lo que piense cada cual del tema. A mi el discurso, en este caso, es lo que menos me interesa de la película. Como diría Agnés Vardá (citada también por la directora en la charla), Mercedes Alvarez representa (por lo menos lo intenta) un tipo de cine que busca su lenguaje, no un cine de simple representación. Me quedo con la estupenda y complicada labor de montaje de la película (Mercedes es una de las mejores montadoras españolas)y con su exquisito gusto por los encuadres.
JUAN

farrel dijo...

Asi lo creo, Juan, Mercedes ha invertido el proceso, primero guión (o idea) luego rodaje y por último el montaje. Ella primero rueda,, luego monta y por fin explica.Nada que objetar si cuentas con un buen material, como es el caso.Por eso yo de la pelicula me quedo con la película, sin que ello contradiga mis argumentos anteriores. salud.