
AÑO. 1970
DURACIÓN. 108 min.
PAÍS. Italia
DIRECTOR. Bernardo Bertolucci
GUIÓN. Bernardo Bertolucci (Novela: Alberto Moravia)
MÚSICA. Georges Delerue
FOTOGRAFÍA. Vittorio Storaro
REPARTO. Jean-Louis Trintignant, Stefania Sandrelli, Gastone Moschin, Enzo Tarascio, Fosco Giachetti, José Quaglio, Dominique Sanda, Pierre Clémenti, Yvonne Sanson
Cuando tenía 13 años Marcello Clerici le disparó a Lino, un adulto homosexual que intentó seducirlo. Años más tarde, Clerici es un respetado ciudadano, profesor de filosofía y va a casarse con Giulia. Pero Clerici se ha vuelto fascista, tiene contactos con el servicio secreto, y está dispuesto a combinar su luna de miel en París con un atentado a un exiliado político italiano que había sido su profesor.
3 comentarios:
Como con los buenos vinos, Bertolucci gana con el paso del tiempo. La crítica norteamericana considera "El conformista" su mejor título. En esta película está ese aire gélido de pesadilla, que se corresponde con el flash back en que está narrada. Pero también está ese ballet mecánico con sus personajes se mueven por los encuadres, con aires de pierrot la lune, el ritmo del melodrama distante y mordaz y la violencia ritual con que se comete el crimen del matrimonio antifascista. Finalmente, bajo las arcadas del Capitolio, en el catártico desenlace, desfilan todos los fantasmas de Clerici, el pequeño hombre que "quería ser como la gente normal", un integrado, un conformista.
Y todo servido con la mejor fotografía de todos los tiempos, la del maestro Storaro.
Es una gran película sí, pero lastrada por las tan explícitas connotaciones políticas. Por ejemplo, cuando la violtera y los niños cantan la internacional. También es una película de su época, pero una gran película de su época, con esos apuntes revolucionarios-políticos.
No cabe duda de que es una película de su època, pero aunque tenga grandes connotaciones políticas no es lo más importante. Es la historia de alguién que se convierte en lo que no quiere ser (como le dice a su amigo: se casa para ser un hombre normal). En esta época Bertolucci empezaba a coquetear con el freudismo, lo que queda bien reflejado en el tema sexual, en la ausencia de un padre, etc. En cuanto a la realización, impactante y bella en su desmesura, le sobra quizás el episodio del recuerdo de la cuasi-violación de su niñez.
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