TÍTULO ORIGINAL. Singularidades de uma Rapariga LoiraAÑO. 2009
DURACIÓN. 64 min
PAÍS. Portugal
DIRECTOR. Manoel de Oliveira
GUIÓN. Manoel de Oliveira (Historia corta: Eça de Queirós)
FOTOGRAFÍA. Sabine Lancelin
REPARTO. Ricardo Trêpa, Catarina Wallenstein, Diógo Dória, Júlia Buisel, Leonor Silveira, Naria-João Pires, Maria Burmester
De camino al Algarve, un hombre decide contarle a una compañera de viaje el amor más grande y más trágico de su vida. Trabaja como contable para su tío en Lisboa. Desde el balconcito de su oficina puede ver la ventana de la casa enfrente, donde vive una chica joven a la que le gusta pararse frente a la ventana refrescándose con un abanico chino. Él se enamora de ella a primera vista, pero su tío no aprueba sus sentimientos.
Por su inteligencia, su delicadeza, su estupenda puesta en escena, sus encuadres pictóricos, su fina ironia, sus cuidados diálogos, su mezcla de literatura, teatro, fotografía y cine, su interpretación (en este caso su no interpretación) y sobre todo, por su gran modernidad, sólo se me ocurre una cosa: OBRA MAESTRA.
ResponderEliminarA naftalina...... Una historia de amores cursis el siglo XIX trasladada al siglo XXI con los mismos diálogos sólo creibles en una novela de Galdós o del autor del cuento, Eça de Queiroz, las mismas situaciones, las mismas interpretaciones.....Sonaba todo a falso, a antiguo, a poco creíble..... con todos los respetos.... a naftalina.
ResponderEliminarY la historia del sebastianismo, por recitar unos versos de Pessoa en una reunión del "adinerado notario" y adaptar un cuento de Eça de Queiroz, me parece un tanto forzada. Por seguir con el mismo tono crítico, que siempre es saludable, me pareció una teoría de esas que, primero, se plantean, y después, se buscan los argumentos para sustentarla.
Un tostón más de Oliveira, pero ya nos tiene acostumbrados.
ResponderEliminarSi la película no fuese del "gran Oliveira" y el señor en cuestión no tuviera 101 años, (las únicas singularidades que veo) sería a buen seguro un bodrio.
Pero siempre hay fans que defienden lo indefendible, lo cual me parece normal. Yo hago lo mismo.
¿Y el corto?
ResponderEliminarExagerada atención con la que el director no aburre del todo porque se trata de un corto. Filmación simple que pretende transmitir lo evidente, eso sí, con supuesta sensibilidad académica, nada más que académica. El espectador pone el resto y el resto también lo puede poner el aire.
El corto no deja de ser un mero trabajo conceptual sobre la memoria histórica, encargo de la familia García Lorca. Este corto sirve muy bien para enlazar con la próxima película: Los Condenados, una propuesta mucho más trabajada sobre el mismo tema.
ResponderEliminarEstoy bastante de acuerdo con el primer párrafo de Anónimo, excepto en su alusión a Galdós, cuyas novelas y personajes en ningún momento parecen acartonados o falsos sino tan vivos que comprendemos claramente todo lo que sienten, aunque nos hablen desde el siglo XIX. Todo lo contrario de lo que pasa con la película, aunque nos hable desde el siglo XXI.
ResponderEliminarDe todas formas, este tono tan artificioso y decadente es una decisión del director que puede gustar o no. A mí me rechina un poco.