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12 de abril de 2010

La rodilla de Clara

TÍTULO ORIGINAL. Le genou de Claire
AÑO. 1970
DURACIÓN. 105 min.
PAÍS. Francia
DIRECTOR. Éric Rohmer
GUIÓN. Éric Rohmer
FOTOGRAFÍA. Néstor Almendros
REPARTO. Jean-Claude Brialy, Béatrice Romand, Aurora Cornu, Laurence de Monaghan, Michel Montel, Gérard Falconetti, Fabrice Luchini

Un escritor intenta conquistar a una joven que mantiene una relación con un joven del lugar. Instigado por una novelista desea llevar adelante una operación de seducción que tiene mucho de afirmación personal.

7 comentarios:

  1. Si tuviera que elegir dentro de la amplia filmografía de Eric Rohmer un momento verdaderamente especial, duraría entre la larga secuencia de la habitación de Maud en Mi noche con Maud, la brillante e inteligente secuencia del parque de Buttes-Chaumont de La mujer del aviador, los paseos de Gaspard y Margot en Saint-Maló en Cuento de Verano y el fascinante y misterioso plano final de La rodilla de Clara. Entre un minucioso traveling y una suave panorámica Aurora observa la reconciliación de los dos jóvenes. En este momento termina su novela y termina también la película. Jérôme acaba de marcharse contento después de tocar su ansiada rodilla y realizar su “buena acción”, con la venda quijotesca que le ha acompañado durante toda la película. Aurora (para mí, el personaje más interesante de la película), desde su atalaya, observa como la obra que ha urdido termina de una forma que nunca sabremos si es como ella había deseado. Siempre me ha parecido ver una mirada un tanto triste en el rostro de Aurora en este plano. ¿Consigue Aurora lo que quiere? ¿Se siente defraudada ante la actitud de Jérôme? Durante la película hay dos momentos en los que Aurora mira a la cámara de Eric Rohmer cómo preguntándole algo. En este juego de muñecas rusas que es La rodilla de Clara siempre hay alguien por encima manejando los hilos. Nunca sabremos las verdaderas pretensiones de Aurora y la película, como casi todas las de Rohmer, no tiene un final feliz, aunque pueda parecerlo.
    JUAN

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  2. Camisitas entalladas, pantaloncitos estrechos, colección de sombreritos de paja a juego, jerseys sobre los hombros con afectado descuido… todo son ejemplos de la estética de una época que vistos fuera de su tiempo resultan (a mí me lo parecen) ridículos. Pues al contenido le pasa lo mismo: supuestos, teorías, divagaciones, hipótesis… a propósito de nada, y con argumentos tan contundentes como el que continuamente repite el protagonista sin ponerse colorado: no, yo es que me caso dentro de diez días. El tiempo no pasa en balde.
    Lo que no se puede dudar es que la película es francesa.

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  3. El tedio de los pijos:
    Aurora y Jerome, dos viejos amigos aburridos de su vida cómoda y burguesa, se cuentan sus "trofeos" sentimentales y sexuales.
    Aurora se inventa una nueva diversión para pasar sus días de holganza. Dada su edad, se deciden por una sexualidad más subliminal (que cansa menos).
    Ella, morbosa y voyeur, le ofrece un reto. Pero Jerome aburrido de la niña y con 15 días aún de vacaciones, busca un nuevo desafío.
    Triste final sin duda, nos imaginamos a Jerome colocando sus nuevos "trofeos" en su vitrina que ojeará de vez en cuando desde la comodidad de su matrimonio, y Aurora seguramente buscando nuevos cobayas.

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  4. Hombre Elgen, la ropa es de su época evidentemente, eso no quiere decir que la película haya envejecido, en ese caso las de vaqueros, romanos, guerra, etc serían todas viejas. No hagas como un contertulio de Garci que dijo que el cine de Tati había envejecido porque los electrodomesticos que aparecen en Mi tío ya no se ven por el mundo. En cuanto a lo de muy francesa, eso es como no decir nada, sobre todo si estamos hablando de una de las películas más importantes de la historia del cine (no lo digo yo, está en todos los libros de cine, sólo hay que preocuparse en mirarlos)

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  5. "Y me molestaba porque la sentía dispuesta a rechazar cualquier consuelo. No habría soportado que yo le cogiera la mano, el hombro, que la estrechara contra mí... En fin, estaba sentada frente a mí, la rodilla puntiaguda, delgada, lisa, frágil, a mi alcance, al alcance de mi mano. Mi brazo estaba colocado de tal manera que sólo tenía que extenderlo para tocar su rodilla. Tocar su rodilla era la cosa más extravagante, la única que no había que hacer, y al mismo tiempo la más fácil. Percibía a un tiempo la sencillez del gesto y su imposibilidad. Como si estuvieras al borde del precipicio, y sólo tuvieras que dar un paso para saltar al vacío y, aunque quieras, no puedes."
    ESTO ES PARTE DEL GUIÓN. ESTOY SEGURA DE QUE CUALQUIER ESCRITOR DE HOY EN DÍA MATARÍA POR PODER ESCRIBIR ALGO ASÍ.

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  6. efectivamente, el deseo, aqui se describe el deseo de una forma sofisticada,la rodilla como parte de un todo, como mascarón de proa del deseo, pero deseo al fin y al cabo, el motor del mundo, es verdad que sin la pasion que describen otras historias o lejos de la pasion que hemos sentido todos alguna o muchas veces,yo confieso que no solo por una sino por las dos rodillas, Rhomer es más sofisticado, se aleja del erotismo y racionaliza. Yo , como soy un hombre blanco primitivo y aun sin castrar del todo, me quedo con "El imperio de los sentidos" o Muerte en Venecia. Farrel.

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  7. Para ser una de las películas más importantes de la historia del cine, la fotografía es bastante discutible y la sonorización, una chapuza. El hecho de que un actor mire dos veces a cámara puede interpretarse como una genialidad... o de otra manera. A mí me parece que a la película solamente le falta un detalle para hacerla actual: vestir al protagonista de cura.

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